“Un promotor de Economía solidaria muy anciano, al sentir que se acercaba el final de su vida (laboral), reunió a sus siete cooperativistas y les dijo: ‘id al arroyo y traedme un junco cada uno, cada una’.
Cuando regresaron, el anciano promotor ató los siete juncos en una única gavilla y pidió a los seis cooperativistas más antiguos que tratasen de romper haz. Ninguno lo consiguió, pese a poner en ello todo su esfuerzo.
Entonces, el promotor separó los juncos y se los fue pasando al benjamín del equipo, quien los fue quebrando uno a uno sin despeinarse.
‘También ustedes, queridos, queridas’, les dijo el anciano, ‘si reúnen sus fuerzas serán inquebrantables, pero si se separan se romperán fácilmente.’
Y tras esto, el anciano comenzó su retiro, rodeado de libros de Esopo y de muchos otros merecidos disfrutes”
Ayer se completó la segunda sesión del Campus de Emprendizaje colectivo y volvió a hablarse de fortalezas, colaboraciones y aunar esfuerzos.