Un nuevo modelo de acceso a la vivienda llega a Zaragoza. AraInfo informa en esta noticia de que el Ayuntamiento de Zaragoza va a poner en marcha los proyectos piloto de un novedoso modelo de cesión de suelo a cooperativas para la construcción de viviendas protegidas.

La cesión de uso es un modelo que facilita el acceso a la vivienda e imposibilita la especulación, al que cada vez se suman más proyectos. La Borda, en el recinto barcelonés de Can Batlló, es uno de los ejemplos de referencia.

En Zaragoza, el proyecto se va a llevar a cabo en tres localizaciones: una en el Casco Histórico, otra en el Rabal y la tercera en la zona de la Avenida de Cataluña. En total, esta experiencia piloto va a probarse con 90 viviendas protegidas, un número considerado suficiente para determinar las potencialidades del modelo.

La sociedad municipal Zaragoza Vivienda y el Ayuntamiento de Zaragoza, desde la dirección de Servicios de Estudios y Programas de suelo y Vivienda, van publicar las bases para la constitución del derecho de superficie sobre estas parcelas, con unas características muy especiales en su licitación. Las cooperativas tendrán el derecho de superficie sobre las parcelas durante un período de 75 años, destinado a la construcción y arrendamiento de los edificios de viviendas, susceptibles de ser calificadas como protegidas, que deberán construir las cooperativas adjudicatarias. Se pueden presentar a los concursos tanto las cooperativas de viviendas como otras entidades sin ánimo de lucro que, para formalizar la cesión a su favor en caso de resultar adjudicatarias, deberán constituirse en cooperativas.

Las personas cooperativistas deberán cumplir una serie de requisitos, entre ellos que dedique la vivienda a domicilio habitual y permanente, disponer de una renta que no supere en 4,5 veces el IPREM, no podrán enajenar la vivienda, salvo a otras personas que se conviertan en cooperativistas, pero sí podrán transmitir la titularidad del uso por herencia, hasta el total de los 75 años de la cesión.

El Ayuntamiento de Zaragoza también estará presente en las cooperativas, ya que el pago de los derechos de cesión del suelo se efectuará en especie, es decir, en viviendas, que se incorporarán al parque municipal de viviendas protegidas que gestiona Zaragoza Vivienda. Ello supone una garantía adicional para los futuros usuarios y usuarias en la gestión posterior del edificio a lo largo de su vida útil. Al finalizar los 75 años de la cesión, tanto el suelo como la edificación revertirán al Ayuntamiento de Zaragoza, con lo que éste no pierde patrimonio ni la propiedad del suelo.

En esta línea, existe en Aragón La Comunidaria, la primera cooperativa surgida aquí para la promoción de viviendas en cesión de uso. Plantea una forma alternativa de acceso a la vivienda, de forma colaborativa, social, sostenible y accesible, que haga frente de forma colectiva a un mercado inmobiliario caracterizado por la especulación y los precios elevados. 

Sus objetivos son generar nuevos modelos de convivencia e interacción entra las personas que habitan estas comunidades, generar espacios y sistemas comunes, colectivos y sostenibles en la gestión de servicios, suministros y otras necesidades, que desarrollen integralmente a las personas que viven y al conjunto del barrio donde residen; y promover la implicación, tanto de las administraciones, como de las entidades bancarias, para que valoren y favorezcan este nuevo modelo, así como de la sociedad en general, para que lo visualice como alternativa real y de calidad de acceso a la vivienda.

El modelo que defienden es un modelo cooperativo de acceso a la vivienda a medio camino entre el alquiler y la propiedad, en la que la cooperativa es propietaria de los inmuebles y sus usuarias/os gozan del derecho de uso sobre una vivienda (que se puede transmitir y heredar). Cada nueva unidad de convivencia propietaria del derecho de uso paga una entrada, (que le será reembolsada en caso de darse de baja de la cooperativa) y una cuota blanda cada mes.

El sistema funciona de forma democrática y no puede ser transformado en una propiedad tradicional. Un modelo que contiene más derechos que los convencionales, pues supone un uso indefinido de la vivienda.